RecuperaciÓn Efectiva

Recuperarse

Recuperarse no consiste en desintoxicarse y lograr la abstinencia


¿En qué consiste la recuperación?

La recuperación no equivale a la abstinencia. Esta es solo una parte, pero no estaría completa la rehabilitación con la abstinencia solamente. Es preciso adoptar un nuevo estilo de vida. La desintoxicación y la abstinencia son pasos necesarios dentro del proceso de la adicción, pero no garantizan la victoria. El adicto tiene que reconocer su problema, y actuar en consecuencia. Eso implica el abandono de todo un mundo, de todas las personas relacionadas con ese mundo y de todos los lugares asociables a ese mundo. Además, necesita un cambio en el pensamiento y dejar de negar lo que es evidente. El adicto tiene que sentir el deseo de dejar de serlo, consciente de la gravedad de su enfermedad. La familia, pareja, amigos pueden ayudar, pero el cambio ha de surgir y tiene que partir de uno mismo.

  • Las recaídas no son un fracaso total

No, no lo son. Solo son graves equivocaciones, que exigen nueva reflexión y análisis. Las caídas forman parte del largo proceso que supone romper con una adicción. En ellas se juega el triunfo y el fracaso de la cadena adictiva. En lugar de venirte abajo y pensar que nunca lo vas a lograr, utiliza la recaída como un elemento de aprendizaje para analizar qué condicionantes la provocaron. Es decir, fue por haberte tomado una cerveza, a la que siguió otra (mientras pensabas «total, solo son cervezas») y después otra, luego te pediste una copa y acabaste pillando un gramo. Pues si este es tu caso, ya sabes lo que debes evitar para la próxima (beber alcohol). O tal vez, sea porque te has reunido con tus colegas, habéis pillado un par de pelis, uno se hace un porro, lo pasa y tú no sabes decir que no. Pues en ese caso, has aprendido algo muy importante: que te cuesta resistir la presión de grupo y que tendrás que trabajar sobre ello. O bien aprendes a resistir, o quedas con tus colegas únicamente cuando sepas que no se va a fumar (por ejemplo, para practicar algún deporte). O si estas opciones son inviables, tendrás que dejar de ver a tus colegas. Tú decides.
Según el nivel de adicción, puede ocurrir que de forma inconsciente se planee una recaída debida al autoengaño. Para mí muchas recaídas fueron así. Con el tiempo del tratamiento se aprende a detectar las señales iniciales, días antes a veces, de lo que podría ocurrir.
Esto es lo que vivo, señales de alarma y posibilidades de recaídas. También con el tiempo se aprende mucho y por eso hay que dar oportunidades laborales a enfermos que controlan por fin su enfermedad. Esto algunos sectores religiosos no lo hacen, por miedo o por ignorancia. Quieren evitar riesgos, pero ese argumento no. Por eso, yo abogo porque se les dé una segunda oportunidad a las personas que mantienen su abstinencia y me fio en este sentido de ellas, porque me parece que no defraudarían. Ese sería mi caso.

  • Uno elige ser adicto

No. Uno elige, más bien, probarlo, experimentar con esta droga o aquella, saciar su curiosidad. Lo que sucede es que mientras uno va justificando su comportamiento con frases tipo «solo son algunos fines de semana y es muy poca cantidad», «la marihuana es buena, porque se la recetan a pacientes con cáncer», «todo el mundo lo hace», «soy joven y es mi etapa para hacer locuras», etc., el tiempo va pasando, el consumo va aumentando, las excusas van siendo más difíciles de creer y también de inventar, uno ya solo se relaciona con gente que consume, ahora en vez de gustarle, lo necesita y su pensamiento, ilusión y comportamiento están empezando a girar sobre lo mismo… Y sin quererlo te has convertido en un adicto aunque, en su día, solo elegiste probarlo. Uno nunca elige ser adicto, se encuentra con una posibilidad que sin duda sabía que existía, pero que nunca pensó le tocaría a él.
Antiguamente, no se tenía tanta información, pero hoy en día que vivimos en la era de la tecnosfera, sabemos de los riesgos y, sin embargo, no ha disminuido el problema con la adicción, e incluso me atrevería a decir que ha aumentado. Como educadores debemos hacer algo pronto y bien. La información por sí sola no sirve, es preciso dar un salto más. En el ámbito religioso, muy dado a intentar ayudar, encontramos mensajes bien intencionados, pero no siempre acertado para a un buen tratamiento.

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