Videojuegos y adicción

Nomofobia y bienestar digital

Introducción al testimonio. Videojuegos y adicción

Felipe -nombre supuesto para garantizar su intimidad- dedica aproximadamente cuatro horas al día al ‘Counter-strike’, un videojuego ‘online’ en el que los participantes deben formar equipos de cinco ‘terroristas’ para enfrentarse a otros cinco ‘antiterroristas’. «Normalmente juego un par de horas después de comer y otro par de horas antes de acostarme», explica. Pero eso no es nada. Este verano se lo pasó literalmente enganchado a la consola. «Desde que me levantaba, sobre las diez de la mañana, hasta la hora de comer; y después hasta la cena. Más de ocho horas diarias», confiesa. Tanto tiempo frente a la pantalla, robado al estudio, le ha terminado pasando factura a este alumno de segundo de Derecho de 19 años, como era previsible. «Me he presentado a seis asignaturas del primer cuatrimestre y solo he aprobado una», resume. Sus padres, admite, están alarmados. «Me dicen que un día van a tirar la torre del ordenador por la ventana».

La fiebre de los videojuegos no entiende de edad. Lo saben bien los innumerables padres que ven cómo sus hijos de diez, once o doce años se enganchan al Fortnite, un juego especialmente atractivo para los menores por su diseño. «Mi primo tiene ocho años y ya está picado», cuenta Felipe. «Pero es demasiado de niños, yo prefiero algo más competitivo, como el Counter-strike».

Desarrollo

Más de 200 millones de personas juegan al Fortnite en todo el mundo. El año pasado saltaron las alarmas cuando la prensa británica dio a conocer el caso de una niña de nueve años que entró en rehabilitación por adicción a este videojuego. La preocupación cunde entre padres, profesores y expertos. Marcos – de nuevo un nombre supuesto-, alumno de 11 años de un colegio del centro de Murcia, llegó a alargar las sesiones de Fortnite hasta las seis de la mañana a espaldas de sus padres, quienes se terminaron enterando.

Felipe, estudiante de 19 años, llega a superar las ocho horas al día jugando. «De seis asignaturas del primer cuatrimestre he aprobado una», confiesa

Pero no solo preocupan los videojuegos, sino el abuso en general de las nuevas tecnologías. Siete de cada diez niños de entre 10 y 15 años tienen móvil, y a partir de esa edad el porcentaje se eleva al 95%, según datos de la Fundación Anar. Redes sociales, ‘youtubers’ e ‘influencers’ se han convertido en un auténtico imán del que muchos jóvenes y adolescentes son incapaces de desengancharse. A ello se suman las apuestas ‘online’, quizá la vertiente más peligrosa de todas.

En Proyecto Hombre han detectado un claro incremento de estas adicciones. La ONG fue una de las primeras en alertar de la creciente ludopatía en jóvenes y adolescentes por culpa de las apuestas y juegos ‘online’, cada vez más accesibles. El 8% de los jóvenes que en 2017 acudieron a Proyecto Hombre en la Región presentaban adicción al juego y a nuevas tecnologías. El año pasado, el porcentaje se duplicó hasta situarse en el 16%. De los 154 jóvenes atendidos en total en Proyecto Hombre, unos 25 sufrían este problema como adicción principal. «Son mayoritariamente hombres de entre 17 y 21 años, aproximadamente», explica Asunción Santos, directora de la ONG. Aunque estas adicciones siguen por detrás de las provocadas por sustancias como el alcohol, el cannabis o la cocaína, el incremento «ha sido considerable», resume.

De cómo prevenir todas estas situaciones se hablará hoy y mañana en unas jornadas organizadas por Proyecto Hombre. «Se trata de dar un toque de atención, de que los adultos reflexionemos sobre este problema, porque los jóvenes responden a lo que nosotros les enseñamos. Muchas veces somos los padres los que estamos todo el día enganchados al móvil», subraya Asunción Santos.

Se gastan muchísimo dinero

Ana Estévez, profesora de Psicología de la Universidad de Deusto y una de las expertas que participará en las jornadas, pone el acento en las apuestas ‘online’. «Se ha producido una proliferación de juegos que ha cambiado el perfil de las personas con adicción. Si antes hablábamos de hombres de 40 a 50 años que llevaban diez o quince años jugando, ahora nos encontramos con chicos mucho más jóvenes que en muy poco tiempo llegan a gastarse muchísimo dinero», advierte. En algunos casos, están además enganchados a sustancias, sobre todo alcohol y tabaco, pero en otras ocasiones no es así.

También los videojuegos pueden generar adicción, advierte, y así «lo ha señalado la Organización Mundial de la Salud». ¿Cómo pueden los padres prevenir que sus hijos pasen de abusar de las nuevas tecnologías a ser adictos? «Es necesario un control parental -subraya Esteve-; hay que estar pendientes de lo que ven en internet y saber lo que pasa. A esas edades, también es muy importante la relación entre iguales, así que hay que conocer con quiénes se juntan». Quedarse en casa, en la habitación, ya no es garantía de seguridad. Al contrario, los peores peligros pueden estar a un solo ‘click’. Fte a consultar: Javier Pérez Parra, periodista. Llámanos


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