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El autoconcepto y el autoengaño en la fama

A medida que One Direction ganaba fama, Payne desarrollaba trastornos de salud mental como agorafobia o ansiedad, además de adicción a las drogas y el alcohol.

El joven artista se planteaba un nuevo reto: encauzar una nueva vida. No solo como músico, donde tendría que demostrar su valía y nuevo estilo; sino también ante un nuevo reto: ser padre. El cantante tuvo un hijo, Bear (7), fruto de su relación con la presentadora de televisión y cantante británica Cheryl Cole. Por él, Payne decidió ingresar en un centro de rehabilitación. 

Una juventud marcada por el éxito, los abusos y las adicciones

El músico, natural de Wolverhampton, una pequeña localidad cercana a Birmingham, en el corazón del Reino Unido; creció en una familia de clase media compuesta por dos hermanas además de su padre y madre, quienes le mostraron todo su apoyo cuando demostró interés por la música en la adolescencia.

La banda inició su exitosa -y multimillonaria- aventura musical, con cinco álbumes de estudio, cuatro giras mundiales, un documental, 13 vídeos musicales y 200 galardones en los cuatro años que estuvieron unidos. En aquel entonces, Liam Payne ya estaba sumido en lo que él definió como “momentos difíciles y tóxicos”.

“El día que la banda terminó pensé; ‘Gracias a Dios’. Necesitaba detenerme o habría muerto”, confesó el cantante en 2016

“Fui muy afortunado por haber podido sostener mi carrera durante tanto tiempo, pero pasaron cosas de las que jamás hablé y que dejaron cicatrices en mi. Fue severo”, reveló, confesando que su alcoholismo comenzó cuando el equipo que estaba a cargo de a la banda, los encerraba en habitaciones de hotel para “garantizar su seguridad” y daba cuenta del minibar.

A inicios de 2023, el artista desaparecía de sus redes sociales, preocupando a sus fans, pues era su punto de encuentro tanto para sus promociones como solista como para los videoblogs en los que contaba cosas de su vida más personal. Meses después, reaparecía en YouTube confesando que había ingresado de nuevo en rehabilitación. Tras su salida del centro, estuvo seis meses sin consumir alcohol.

“Necesitaba tomarme un poco de tiempo, porque ya no me reconocía a mi mismo. No tuve mi teléfono durante 100 días y tampoco me conecté con el mundo exterior”, reveló, declarando que la parte más complicada había sido encender su teléfono de nuevo. “Me dio miedo, pero es bueno estar en esta posición, porque ya no necesito esas cosas. La fiesta se terminó”, aseguraba. 

Payne iba a cantar en la Argentina, en el Movistar Arena, el 9 de septiembre del año pasado, pero un mes antes tuvo que cancelar su visita. Los motivos fueron sus problemas de salud, en este caso una infección renal grave por la que le recomendaron reposo.

Fte: La Vanguardia



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