Cómo identificar una recaída
¿Por qué recaen los adictos? ¿Qué podemos hacer para evitar las recaídas? Una vez reconocido el problema —y haber aceptado la necesidad de ayuda—
- La primera fase en el tratamiento de adicciones es la desintoxicación, cuyo único objetivo es liberar al organismo de sustancias.
- La siguiente es la deshabituación, que supone la sustitución de los hábitos adquiridos durante la adicción por nuevos hábitos compatibles con la nueva vida abstinente.
- La tercera es la rehabilitación, que pretende recuperar o desarrollar las habilidades que no se adquirieron o se perdieron en el tiempo de consumo. La cuarta es la reinserción paulatina del paciente en una vida familiar, laboral y de ocio, hasta conseguir una vida normalizada, teniendo como pilar el trabajo y aprendizaje realizado en las fases anteriores.
Es entonces cuando los pacientes adictos deben tener un especial cuidado, pues la euforia por haber superado las anteriores etapas y las ganas de tener una vida plena los lleva a descuidar todo aquello que aprendieron durante los duros meses de tratamiento. La falsa creencia de haber superado una enfermedad que es crónica —y que por tanto podemos estabilizarla pero no hacerla desaparecer— los lleva a tomar decisiones que ponen en riesgo el mantenimiento de su abstinencia. Estas malas decisiones se van sumando poco a poco, llegando hasta una línea de no retorno representada por el exceso de confianza o por la debilidad, generando en el paciente un craving o deseo irrefrenable de consumir. Precisamente por este motivo pacientes con alta terapéutica pueden volver a recaer. Detener las ansias del consumo es esencial. Esta es la mejor forma de hacerlo:
SEÑALES de alarma
- Identificar los estímulos.
- Evitar exponerse a los disparadores siempre que sea posible (por ejemplo, no llevar grandes cantidades de dinero encima).
- Enfrentarse a los disparadores de una manera diferente que en el pasado.
Los estímulos pueden ser personas, lugares, objetos, sentimientos y ocasiones que provocan ganas de consumo. Por ejemplo, si cada viernes por la noche cobras dinero en efectivo del trabajo, te vas con tus amigos y consumes estimulantes, los disparadores pueden ser los siguientes: (tener dinero, fiestas, amigos, viernes noche o momentos de ocio, coches, lugares, noticias buenas o malas, etc.,) Tu cerebro asocia los disparadores con las sustancias que consumes. La aparición de un evento seguido del consumo de forma constante lo convierte en un disparador. Ahora la sola existencia de este disparador te mueve directamente al consumo. Se produce un ciclo que puede resultar abrumador y agotador. Recuerda: los estímulos afectan a tu cerebro y le provocan el deseo o las ansias de consumo, incluso aunque hayas tomado la firme decisión de dejar de consumir.
Tu decisión de abandonar la adicción puede traducirse en cambios de comportamiento que te mantengan alejado de posibles estímulos directos e indirectos.