¿Qué es la adicción a la cocaína?
La adicción a la cocaína y su consumo se asocia a una falsa sensación de seguridad, de tener gran energía, poder y autoconfianza. Sin embargo, la ausencia de esta droga acaba generando ansiedad y, con el tiempo, la necesidad de consumirla; es decir, se genera adicción. Esta droga actúa directamente sobre el sistema nervioso central y periférico, y produce una fuerte dependencia física y psicológica. Los efectos de la cocaína son inmediatos, ya que tarda solo 8 segundos en llegar al cerebro y los efectos máximos se generan al cabo de 30 segundos. Más tarde, el individuo siente una gran ansiedad y necesita consumir otra dosis.
Cómo detectar la adicción a la cocaína
¿Cómo puedo saber si tengo una adicción a la cocaína?
Comportamientos como los cambios repentinos de humor o la irritabilidad sin justificación pueden ser algunos síntomas de la cocaína a nivel psicológico. Cuando la persona ha consumido recientemente, experimenta una sensación de seguridad o un incremento del apetito sexual, que puede acabar derivando en depresión o pérdida del deseo sexual cuando el nivel de cocaína en sangre desciende.
A nivel físico, también pueden observarse síntomas como pérdida de peso, palidez de la piel, disfunción sexual, rinitis crónica o congestión generales del sistema respiratorio.
Algunos síntomas comunes en psicoestimulantes:
1-. Examina los ojos y las pupilas.
El uso de la cocaína y de otras sustancias que alteran a la persona hace que las pupilas se contraigan hasta el punto de ser muy pequeñas. Si alguien que conoces tiene las pupilas de esa manera constantemente cuando las miras, incluso de noche o en la oscuridad, puede ser un signo de que esa persona esté consumiendo cocaína u otras drogas.
2-.Observa si hay sangrado de nariz.
Uno de los efectos más serios y permanentes del uso de la cocaína es el gran daño a las fosas nasales y al tabique. Cuando alguien aspira cocaína en exceso, hace que la zona sufra un adormecimiento y puede causar la desviación del tabique o su separación. Estos daños hacen que el adicto tenga sangrados nasales frecuentes y en gran cantidad.
Alguien que tenga sangrado de nariz crónico sin otra explicación posible puede que presente un problema con la adicción a la cocaína.
3-. Mira otros signos físicos.
El abuso de la cocaína también puede causar sudor inexplicable, nervios y tics en el cuerpo o movimientos involuntarios. Si sospechas que alguien es adicto a la cocaína, observa su lenguaje corporal y ten en cuenta los cambios inexplicables en su comportamiento físico.
4-. Detecta las excusas.
Los adictos a la cocaína, a menudo crean historias elaboradas o poco creíbles para explicar sus frecuentes pedidos de dinero, desapariciones innecesarias o comportamiento erróneo. Alguien que por lo general es directo y puntual y de repente deja de serlo o inventa razones por las que no puede cumplir con sus compromisos puede estar luchando con la adicción a la cocaína.
5-. Ten en cuenta a sus nuevas amistades y conocidos.
Los adictos por lo general comienzan a moverse en círculos sociales nuevos para estar cerca de la gente que le puede proporcionar la cocaína y de sus amigos adictos y también porque no quieren que su familia y amigos se den cuenta de la adicción.
Si la persona de la que sospechas comienza a asociarse con personas que no conoces o que te provocan sospechas, puede ser que esos sean signos de que es un adicto a la cocaína.
6-. Disminución exagerada en el rendimiento tanto a nivel académico como laboral.
Normalmente, el consumo de drogas suele ir de la mano de una bajada del rendimiento y de la aparición de problemas de adaptación en la escuela, instituto o trabajo.
7-. Cambios bruscos de actitud o de la forma de relacionarse con los demás.
Subrayamos la idea de “bruscos”, caracterizados por una gran irritabilidad, agresividad, conductas extrañas, ansiedad, utilización persistente de mentiras, etc.
8-. Horarios muy desfasados.
No respetando de forma importante los horarios establecidos.
Para los que sufren el trastorno por cocaína, este tipo de “compulsiones de comportamientos” son habituales y acaban convirtiéndose en algo incómodo en su día a día, con serias consecuencias negativas para la salud.