Existen diferentes estilos de comunicación, y el que elijas puede tener un impacto positivo o negativo en la relación con tus hijos. Aquí te dejo algunos:
Clasificación Estilos educativos
ESTILO AUTORITARIO: Aquí, los padres ponen reglas estrictas y esperan que se sigan sin cuestionar. Este estilo puede llevar a que los hijos tengan problemas de autoestima y habilidades sociales, aunque a veces tengan buen rendimiento académico.
ESTILO PASIVO: Este estilo parece bueno porque los padres son tolerantes, pero a largo plazo puede causar problemas emocionales. Los hijos pueden tener bajo rendimiento académico y problemas de comportamiento.
ESTILO ASERTIVO: Este es el mejor estilo para criar a los hijos. Los padres son firmes pero también cariñosos. Establecen límites, pero consideran la opinión de sus hijos. Esto ayuda a que los jóvenes sean responsables y se sientan cómodos expresando sus ideas.
Según el médico psicoterapeuta Antonio Ríos existen tres maneras de comunicarse con los jóvenes: la comunicación afectiva, la efectiva y la superficial. El especialista comparte algunos consejos para mantener abierta la puerta de comunicación, como la escucha. «Si los hijos van a hablar con sus padres y estos le escuchan… vuelven», asegura Ríos. Además, explica alguna de las actitudes que presentan los adolescentes en las conversaciones. ¿Por qué a veces se ponen en modo pasivo? ¿Se puede lograr que los adolescentes cuenten todo? ¿Cuáles son las conversaciones que más les interesan? Antonio Ríos responde a estas y otras preguntas para tender la mano a familias y educadores en esta compleja etapa de la vida.
Antonio Ríos es médico psicoterapeuta especialista en familias, parejas y adolescentes, autor de ‘Adolescentes en casa, ¡5 años de trinchera!’. Es licenciado en Medicina por la Universidad de Alicante y doctor en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de Valencia en la unidad de psiquiatría. Ríos es también director y terapeuta clínico del Centro FAyPA, un espacio de orientación y terapia de familia y pareja en Alicante, España. Además, es docente en varios másteres de psicología e imparte talleres en escuelas de padres y madres.
Cómo mejorar la comunicación
Imagina que estás hablando con tu hijo adolescente y él o ella te escucha, sonríe y hay un ambiente de calidez. Suena idílico, ¿verdad? Pero esto puede pasar si sabes cómo hacerlo. Aquí van algunos consejos:
- Respeta su privacidad: Si se va a su habitación, dale espacio. Si siente que respetas su espacio, será más probable que comparta cosas contigo en el futuro.
- Sé un buen oyente: Aprovecha los momentos en que tu hijo quiera hablar. Escucha sin juzgar y deja que se exprese.
- Aumenta su autonomía: Confía en su juicio y dale independencia. Esto incentivará que acuda a ti en busca de ayuda cuando lo necesite.Acepta sus sentimientos: Siempre que se expresen con respeto, claro.
- Guarda secretos: Si te confía algo, respétalo. Esto construye confianza.
- Evita gritar y culpar: Esto puede cerrar cualquier puerta a una conversación significativa.Haz preguntas abiertas: En lugar de acusar, plantea situaciones de forma más suave.
- Aprovecha momentos casuales: Como cuando lo llevas en coche, para hablar de cualquier cosa.Desconéctate durante la cena: Apaga los teléfonos para que la atención esté en la conversación familiar.
- Programa tiempo juntos: Haz actividades que les gusten y no los sorprendas con preguntas difíciles en momentos inoportunos.
- Pide perdón cuando te equivoques: Esto muestra que eres humano y ayuda a construir una relación más cercana.
- Interésate por sus gustos: Pregunta sobre sus amigos, música y hobbies. Comparte también tus intereses.
- Habla antes de dormir: Un buen momento para charlar sobre el día.Escucha después de salir: Si llega de una fiesta, ofrécele algo y muéstrale que estás dispuesto a escuchar.
Comunicarnos de manera ejemplar
Os proponemos aquí un estilo de comunicaros con vuestros hijos e hijas que os ayudará a expresarles vuestro cariño y apoyo, a mejorar
su autoestima, y al mismo tiempo, a manteneros firmes frente a las normas y los límites que consideréis más importantes. Ahí van algunas recomendaciones:
› Trata de ofrecer siempre un modelo de Escucha: pregúntale antes de actuar y escucha atentamente y sin interrupciones sus opiniones y sus explicaciones.
› Cuando desees hablar con tu hijo/a de algo importante, elige el momento y el lugar más oportunos. Cuando hay tormenta y las emociones están “a flor de piel”, suele ser mejor esperar.
› Cuando estés en desacuerdo con su comportamiento y desees hacerle una crítica o solicitarle algún cambio, ten en cuenta que será más fácil que la tenga en cuenta si se dan estas condiciones:
~ Trata de centrarte en su comportamiento, y no en su persona. Describe aquello que no te gusta, y no utilices generalizaciones ni etiquetas.
~ Exprésale con claridad y sin rodeos cuáles son tus opiniones, tus necesidades, tus sentimientos y tus de- cisiones en relación con su comportamiento. Utiliza para ello los llamados “mensajes en primera persona”. Son más eficaces que los reproches o las amenazas.
~ Si acordasteis unos límites, mantente firme en su cumplimiento, y comunícale con serenidad, pero con firmeza tus decisiones al respecto. Recuerda las recomendaciones sobre las normas del apartado anterior.
~ Gritar o ponerte agresivo no mejorará el problema. Quizá logres algún cambio, pero te distanciará de tu hijo. Trata de utilizar siempre un tono de voz firme, pero sereno, de mostrarte relajado, y de tratar de reforzar con tu postura y con tu tono de voz lo que estás
tratando de comunicar.
› A veces los chavales tienen dificultades para cambiar. Demostrarle a tu hijo/a que las tienes en cuenta y que te esfuerzas por ponerte en su lugar favorecerá una mejor aceptación del mensaje.
› Y sobre todo, ten en cuenta que los esfuerzos de tu hijo/a por hacer las cosas bien merecen tu aprobación y tu reconocimiento. Agradécele abiertamente y con sinceridad cualquier signo de tener en cuenta tus opiniones y tus necesidades, y su esfuerzo por hacer las cosas bien.
Recuerda que lo que aquí te presentamos es un estilo, una forma más o menos estable de relacionarse con los hij@s y de hacer frente a los problemas. A veces, sin embargo, puede ser difícil mantener el autocontrol: a veces no nos lo ponen fácil, o nos traemos a casa otros problemas y “no está el horno para bollos”. Reaccionar de una forma algo agresiva (no violenta) o perder el control en algún momento concreto no te hará peor padre o madre, siempre que ese no sea tu estilo. Será además una oportunidad de oro para pedir perdón, acercarte a tu hij@, e incluso ganar autoridad.
¿Cómo hablar de drogas?
Es probable que tengas múltiples conversaciones con tu hij@ adolescente sobre el uso de drogas.
Elige los momentos en los que es poco probable que os interrumpan, y a ser posible dejar a un lado los teléfonos móviles. ¡Distracciones 0!
También es importante saber cuándo no debes tener una conversación, por ejemplo, cuando estás enojado con tu hij@ o no estás preparado para responder preguntas, cuando tu hij@ está borracho o drogado.
Para hablar con tu hij@ adolescente sobre las drogas, haz lo siguiente:
- Evita los sermones. En su lugar, escucha las opiniones y preguntas de tu hij@ adolescente sobre las drogas. Asegúrale a tu hij@ adolescente que puede ser honesto contigo.
- Evita las tácticas de intimidación. Esto se nos da bien a los progenitores no lo vamos a negar, pero no es muy efectivo. Mejor, enfatiza cómo el uso de drogas puede afectar a las cosas que son importantes para tu hij@ adolescente, como los deportes, la conducción, la salud y la apariencia.
- Los medios de comunicación social, los programas de televisión, las películas y las canciones pueden «glamourizar» o «trivializar» el consumo de drogas. Hablen sobre lo que tu hij@ adolescente ve y oye, puesto que corremos el riesgo de «normalizar» conductas que no son apropiadas.
- Piensa con tu hij@ adolescente en maneras de rechazar ofertas de drogas, «no me apetece», «mañana tengo partido de baloncesto»
- Plantéate cómo responderás si tu hij@ adolescente te pregunta acerca de si consumiste drogas, los hij@s son impredecibles y puede ser una pregunta que te hagan. Si elegiste no consumir drogas, explícale por qué. Si consumiste drogas, dile lo que la experiencia te enseñó.
Conclusión
La comunicación activa y positiva con tu adolescente puede ayudarte a ganar su respeto y honestidad, incluso cuando no estén de acuerdo en todo. Evita juzgar y muestra un interés genuino en su vida. Si logras esto, tendrás una relación cercana y amistosa con tu hijo, que ya no es tan niño. Llámanos si lo deseas